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Paola Cadena Pardo

Actualización: 24/01/2012

Paola Cadena Pardo

Poemas Personaje de la ventana; A Alda Merini y A Leonard Cohen

 

Personaje de la ventana

A Alda Merini

A Leonard Cohen               

 

 

 

Personaje de la ventana

La comisura de tus labios es un presentimiento
un nido sin ave semejante a la memoria
salen volando estremecimientos sin alas
como por obra y gracia de la lluvia que no cae
de la canción que sin más se vuelve latido.

Hay labios sin mirada que se asoman a la ventana
y empujan la impresión de una copa servida
de un aleteo que vuela justo en la mitad de mis senos
resguardado en la madrugada de un sonido
de un perfume que a fuerza de roces

Las palabras levantan su falda
y las piernas descubiertas son un decir de pasos
que podrían encontrar tu boca generosa
esas cosas que invento por desocupada
a la espera de que tus manos reinventaran sus sílabas
en un poema sin título, anónimo

Y apareces como aparece la noche
sin que yo sospeche aún que es de día
llega un sueño que toca otro sueño lentamente
sin inclinaciones estrepitosas
sin ruidos estridentes y molestos para los muros
dos sueños que tienen sexo servido en botellas largas
donde sólo cabe la medida justa de expectación

 

A Alda Merini

¿Cómo es el cielo de los poetas, señora?
desde ahora, estoy segura,
habrá más azul en ese azul que nombra el cielo
el humo de sus cigarros aumentará las proporciones de lluvia
y el amanecer olerá a tabaco
Sus versos, desde alturas,
serán pájaros azules migratorios
que impedirán a la noche comerse el día
que arrastraran la luz cansada de ser crepúsculo

¿Cómo es el cielo de los poetas, señora?
Tal vez los ángeles resulten mejor que los psiquiatras
y pueda usted inundar la boca de Dios con su verbo
para que deje él de pronunciar sandeces

Tal vez sus collares meneándose sobre las nubes
remplacen las campanas de toda iglesia
y en vez de eucaristías
celebremos el sagrado ritual de la locura
Que tenga cuidado Dios en su casa, señora
se llevó a una dama que puede apasionarlo
y volverlo más hombre que su hijo en la cruz
y volverlo más loco que el hecho mismo de ser Dios

¿Cómo se siente la muerte, señora?
De seguro no se parece a su Tierra Santa
De seguro no la sintió
porque olvidó morirse mientras moría
de seguro se acabaron sus cigarrillos y bajó esta noche
a buscar uno en mi cabeza
¡ahí tiene poeta!
mis cigarros son todos suyos esta madrugada
cuando el cielo se ha dejado de llamar cielo
y el manicomio ha ascendido a las alturas.

 

A Leonard Cohen

No sé cómo se palpa su cadencia interna
pero es similar a los faroles de una calle
donde la noche está atiborrada de lunas eléctricas
y se para en las puertas como una invitación sin remitente
Esta es mi noche y está quebrada en decibeles altísimos
Y me es preciso entender que la muerte
es sólo una forma de estar sola

Ya estoy desnuda señor
puede empezar a cantar su penetración ausente
tan placentera como el sexo de un fantasma
como el esqueleto si falo que imagina su placer
y lo hace tangible
a fuerza de aumentar su muerte
como algún tipo de apuesta perdida desde siempre
que sin embargo se gana por detrás del contrincante
¡Tantas sandeces he oído sobre el amor!
y de pronto su música lo dice todo
sin necesidad de caer
en la absurda costumbre de ser amado.

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